Después de una pausa por motivos diversos, vuelta a contar experiencias, aunque esta no sea "agradable", no la voy a dejar de lado. Todo lo que sentimos nos enseña a superarnos a nosotros mismos y a ponernos objetivos para cumplirlos a corto o largo plazo. Esta vez se me resistió una vía, por ello me propuse sacarla, después de ir probando en otros sitios y cogiendo práctica volví y la saque!
Marzo de 2012, primera vez que voy a Patones, y ver el Pontón de la Oliva... Me impresiono!! Que lugar tan mágico y tranquilo. Ya con las mochilas puestas, comenzamos a andar hacia la presa, a medida que me iba acercando me parecía más imponente... Daba gusto estar allí. Subimos por el lado equivocado, es decir según estas en el parking por el lado de la derecha, e hicimos algo que no se debe hacer, que es saltar las cercas de la presa para cruzar al otro lado... Será una anécdota para cada vez que vayamos.
Al llegar al Sector de Arriba, la gente con la que iba se empezó a preparar, arnés cuerda, cintas... mientras yo aproveche para hacer algunas fotos a ese paisaje tan majestuoso.
Abrieron dos vías, IV y IV+, llegó el momento de volver a encontrarme con la escalda, una vez ajustado el arnés, y con el ocho puesto, me dispuse a subir por el IV+, he de decir en mi defensa que con la poca fuerza muscular que tenía la salida la vi con dificultad, y así fue no pude ni poner los dos pies en la pared... Me entró tanta rabia de no poder hacerlo que me quite el ocho, el arnés y no lo volví a intentar en las horas que estuvimos allí. Debió ser porque mi bautismo de escalda fue en adherencia y esto era deportiva y que también tiene algo que ver la roca no podemos comparar La pedriza con Patones. Son formas muy distintas.
Para ser la segunda vez, me derrumbe, pero no perdí el interés por la escalda, fui probando en más sitios en Madrid e incluso en alguna salida por Calpe, pero esto ya os lo contaré en otras entrada, más adelante.
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